Javier Milei se retiró emocionado de la Basílica de San Pedro, donde asistió a la ceremonia de canonización de Mama Antula que encabezó el Papa Francisco, con el que mantuvo dos encuentros breves por fuera del protocolo: el último, al cabo de la misa, terminó con un cálido abrazo.
“Fue muy fuerte, un gesto tremendo. No lo puedo creer, se salió de protocolo y me vino a saludar. Es imposible que no me emocione”, relató, según pudo reconstruir Clarín de fuentes inobjetables, un todavía conmovido Milei cuando se retiraba de El Vaticano junto a la comitiva oficial.
Milei y el Papa se habían saludado antes de la ceremonia. Al arribar a la basílica, fue invitado por las autoridades a acercarse a un lugar reservado en el que mantuvo un breve pero cálido saludo con su anfitrión. Lo acompañaban la canciller Diana Mondino y la secretaria general de Presidencia, su hermana Karina Milei, quien fue vestida ajustada a protocolo
Quienes presenciaron de cerca ambos encuentros aseguran que hubo “muy buena sintonía” y cuentan que hasta hubo un momento de distensión especial y risas cuando el Papa le agradeció “por venir” a Roma y presenciar la ceremonia.