Inés Guardiola, abogada de Dani Alves, fue la encargada de concluir estos tres días de juicio. La magistrada ha insistido en que nunca se ve incómoda a la presunta víctima, que conocía la identidad del brasileño y que la relación fue consentida. Además, ha destacado la ingesta de alcohol de su cliente.
“El señor Alves bebe y rellena sus copas hasta seis veces. Tenía las facultades cognitivas y volitivas alteradas. Incluso le impidieron conducir”, ha recordado Guardiola.
La magistrada insiste en que la víctima nunca estuvo incómoda. “La sexualización del comportamiento entre denunciante y denunciado es clara. Ella frota sus nalgas contra las partes íntimas del señor Alves. La violencia descrita por la denunciante en la penetración es incompatible con la prueba pericial médica. No se ha objetivado ninguna lesión en sus genitales internos o externos. Corrobora que la relación sexual fue consentida”; ha concluido Guardiola.
La defensa de Alves, además, cuestiona el relato de la presunta víctima en el baño. “La única huella de la denunciante encontrada en la cisterna es la que corresponde al borde cubital palmar de su mano derecha. Es imposible que sea compatible con el apoyo descrito por la denunciante. Ella pudo levantarse con la mano izquierda y apoyar las manos en el cristal. Las pruebas objetivas invalidan su declaración”, ha explicado.
Por otro ello, considera que debería dictarse una sentencia absolutoria. “Es indispensable valorar el comportamiento anterior para valorar el consentimiento. Hubo una atracción sexual entre ambos. Falta de externalización del consentimiento”; ha expresado Guardiola.