El VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, que concluirá el lunes con la retirada voluntaria de Raúl Castro y la simbólica jubilación de la vieja guardia, confirmó en sus dos primeras jornadas que la principal partida que se juega en el país es económica y que del resultado de este ajedrez depende en gran medida la supervivencia de la revolución.
Tanto en el informe central al Congreso, presentado el viernes por Raúl, como en las comisiones en que trabajan los 300 delegados que asisten al cónclave, la economía, y específicamente la producción de alimentos en estos momentos de grave crisis y desabastecimiento, fueron los temas clave. “La estructura productiva no logra satisfacer los niveles de demanda de la población. Este asunto no es solo una prioridad, sino que es una cuestión de seguridad nacional”, dijo el Primer Ministro, Manuel Marrero.
Marrero preside la comisión Económico y Social, una de las tres en las que se reparten los delegados. En ella se abordan asuntos relevantes, como los nuevos lineamientos de la política económica que deben regir en los próximos años o la llamada “conceptualización y actualización del modelo”, dos de los documentos importantes que ha de aprobar el cónclave de los comunistas cubanos y que deben definir el alcance de la reforma económica.
Un día antes de comenzar el VIII Congreso, Marrero y el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, —que encabeza otra de las comisiones—, sostuvieron un inédito encuentro con representantes del sector privado y de las empresas estatales. Ambos señalaron el compromiso del gobierno en impulsar las llamadas Formas de Gestión No Estatal (FGNE), que no es otra cosa que el sector privado, cada vez más dinámico y llamado a ocupar un papel fundamental en la reactivación de la economía.
En el intercambio con los trabajadores autónomos, el Primer Ministro confirmó que la legislación para la legalización y funcionamientos de las microempresas y las pymes ya está preparada y que pronto comenzará a implementarse. “Tenemos un reto por delante, y el Gobierno al igual que reafirma su visión sobre el papel que tiene que jugar la empresa estatal socialista en la economía nacional, ratifica la prioridad e importancia en la consolidación y desarrollo de otras formas de gestión no estatal”, dijo Marrero.
Fuente: El País