“Tapar los huecos para que el barco no se hunda” y “que las luces no se apaguen” en la tempestad que plantea el COVID-19; y para enfrentar el desafío será necesaria una inyección económica equivalente al 20% del PIB. La experiencia en el desarrollo de las microfinanzas otorga a Bolivia una base operativa para que a través del microcrédito sea repotenciada la entrega de liquidez a una gran cantidad de familias que desempeñan una actividad económica y emplean mano de obra.
Este es el pedido realizado por el presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), Fernando Hurtado. “Ellas consumieron buena parte de su capital de trabajo en las últimas semanas y necesitan reponerlo. Si no reciben recursos frescos, la economía de gran parte de los pequeños emprendimientos se va a desangrar”, exterioriza Hurtado.
El líder empresarial del departamento cruceño exigió con “urgencia” acciones al Gobierno debido a que ha transcurrido casi un mes desde el inicio de la cuarentena y muchas de las medidas dictadas por el Gobierno aún carecen de su instrumentación para ser aplicadas. Por ejemplo, a pesar de que el Banco Central está traspasando liquidez a la banca, una normativa pensada para tiempos normales deja al sistema financiero con “las manos atadas” para atender la actual emergencia y hace casi imposible que estos recursos lleguen a las empresas.
Argumentó que rubros fundamentales de la economía como el gastronómico, el hotelero, el inmobiliario, las agencias de viajes, al igual que “muchas” empresas comerciales, industriales y de servicios, están “a punto” de cerrar sus puertas por la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones.
“A pesar de los diferimientos otorgados en las medidas iniciales que promulgó el Gobierno, todas las unidades productivas estamos llegando a niveles insostenibles por la falta de ingresos. Con un flujo de caja negativo tendremos que reducir la operación a un nivel minúsculo, congelar nuestra actividad o cerrar la empresa. Tanto una pérdida de empleo como la liquidación de activos, significaría una destrucción sin precedentes de valor económico”, sostuvo.
Entre otras políticas económicas acordes a la crisis sin precedentes también propuso al Gobierno la creación de mecanismos que permitan compartir el riesgo con la banca y el Estado, en concreto la creación de un fondo de garantía para los créditos de liquidez con el Banco de Desarrollo Productivo. “Necesitamos ser categóricos en declarar que si esto no se operativiza en los próximos días, enfrentaremos una quiebra masiva de empresas, tanto micro, pequeñas, medianas o grandes, formales o informales. Eso significa más desempleo y pobreza, con todos los problemas estructurales con lo que esto lamentablemente viene acompañado”, puntualizó.
Remarcó que no es un momento para cuidar los índices habituales de la economía fiscal ni se busca acelerar el crecimiento económico porque “no nos encontramos en una coyuntura normal. No estamos pidiendo un estímulo como si sólo estuviéramos ante una crisis financiera y necesitamos evitar una recesión. Ahora se trata de evitar que un gran número de personas y empresas caigan al vacío”.