domingo, 21 septiembre,2025
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Argentina arrolló a Bolivia con Messi descomunal: tres goles, dos asistencia a puro magia

La imagen que describe lo que vivió Lionel Messi este martes en el estadio Monumental no es la del festejo de sus tres goles para la Selección Argentina. Tampoco la de la celebración del segundo tanto cuando Lautaro Martínez le reconoció el pase al vacío como hacen los boxeadores una vez terminada la pelea. Ni siquiera el abrazo de sus compañeros cuando, en modo Maradona 1994, asistió a Julián Álvarez para el tercero del 6-0 contra Bolivia.

La foto que retrata (otra) noche 10 del ’10’ se dio cuando fue a sacar un córner, le sonrió y saludó a la gente en un gesto ilógico para un partido oficial, se apoyó en el banderín del córner con su codo izquierdo y charló con el asistente peruano Jesús Sánchez mientras atendían al arquero Guillermo Viscarra.Foto Marcelo Carroll - CLARINFoto Marcelo Carroll – CLARIN

Es la plenitud de Messi. Esa sensación de sentirse completo. Un idilio constante en el que no importan sus 37 años que hacen que tachemos los palitos en la pared después de cada partido que juega. El problema es que si lo hace como en esta fecha 10 de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026 es imposible no ponerse melancólico.

La verdad no me puse ni fechas ni plazos, quiero disfrutar de todo estoMe emociona más que nunca estar acá, sentir el cariño de la gente porque pueden llegar a ser los últimos… Me queda el final de temporada y empezar el año haciendo una buena pretemporada, que el año pasado no la tuve porque estaba con la cabeza pensando en la Copa (América) y me cuidé de más. Ahora, a terminar bien el año y seguir disfrutando día a día”, dijo después de su recital.

Y agregó: “Me mueve disfrutar de esto, ser feliz donde estoy, con todos mis compañeros a pesar de la edad. Cuando estoy acá parezco que soy un pibe, porque me siento cómodo estando con este plantel, porque disfruto dentro de la cancha”.

A Messi le han puesto tantos adjetivos calificativos que se acaban. Pero en la templada noche del Monumental pareció un bálsamo. Hace olvidar todos los males, saca el foco de los problemas cotidianos y dibuja una sonrisa solo con golpear una pelota.

Volvió a estar omnipresente la ‘Pulga’ en su retorno a las canchas argentinas después de 333 días. Un rápido paneo por las plateas justo al borde del campo de juego repetían en loop su dorsal y su apellido en las camisetas albicelestes que usaban chicos y grandes. Justo en la víspera del aniversario 20 de su debut como futbolista profesional en el Barcelona de España.

A ellos les sonrió cuando salió a realizar la entrada en calor y recibió la primera reverencia típica acompañada al unísono coreando su apellido, encabezando al plantel por el túnel del estadio Monumental, que volvió a lucir repleto ya sin la restricción de aforo que había sufrido contra Chile, hace poco más de un mes atrás.Foto: REUTERS/Matias BagliettoFoto: REUTERS/Matias Baglietto

Claro, nadie quería perderse el retorno del Rey Lionel. Messi respondió con una de esas noches para encuadrar, quizás a los ojos filosos analíticos no de sus más estrelladas, pero sí determinante como acostumbró a serlo en estas dos décadas.

Arrancó muy activo el rosarino en su partido número 189 con la Albiceleste. Antes de los ocho minutos ya había armado una apilada con caño incluido que hizo estallar a la gente en las tribunas y después le quedó largo un pase gol para Julián Álvarez, en ese icónico lanzamiento tendido al espacio izquierdo que inmortalizó con Jordi Alba, pero que sigue ejecutando a la perfección.

A los 19 minutos llegó la explosión definitiva. La presión de Lautaro Martínez hizo que el rebote le quede servido en el perfil que más le gusta, para definir al primer palo y salir a festejar. Volvía a ser el goleador de la Selección en las Eliminatorias superando a Nicolás Otamendi.

También probó de tiro libre, dos veces. La primera dio en la barrera y en la segunda hizo lucir a Viscarra que se la sacó del ángulo con el brazo izquierdo y en la caída se golpeó la cabeza contra el palo. En ese momento fue la foto con la que empezó este texto, retrato de los descargado que está Leo en un lugar que, en otra época, sufría.

Cómo olvidarse de aquellos momentos en los que, confesó tiempo después, dudaba sobre si venir a la Selección. ¡Si hasta renunció después de aquella Copa América Centenario 2016!

Fue además su 32° grito en partidos por Eliminatorias Sudamericanas. Allí lidera las estadísticas y comienza a escaparse de su compadre, Luis Suárez, recién retirado de Uruguay, que quedó en 29.

En la carrera por ser el máximo goleador de la historia del fútbol, Messi llegó a los 844 tantos como profesional. Allí también secunda a CR7, quien también no detiene su marcha y ya acumula 906. /CLARÍN/

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