Por Hugo Salvatierra Rivero, periodista
El segundo día de carnaval, cruzamos el Piraí para llegar hasta Porongo, con la finalidad de participar y observar la fiesta carnavalera en este municipio cruceño caracterizado por la hospitalidad de su gente, donde la alegría y la diversión se entrelazan en un ambiente festivo.
A pesar de las amenazas de lluvia, la plaza principal se convierte en el epicentro de la festividad, donde diferentes comparsas y grupos musicales animan a los asistentes a disfrutar y participar, independientemente de si son locales o visitantes.
En otro frente de la plaza, la comparsa “La Peste” disfrutaba de buena música con un conjunto electrónico, al son de taquiraris, carnavalitos y música bailable. La llegada de la comparsa coronadora “Jenecherú” añade un toque especial al evento, resaltado por la llegada de la Reina del Carnaval, Nathalia I. Este tipo de encuentros no solo celebra la tradición, sino que también fomenta un sentido de fraternidad entre los participantes, creando un lazo entre la comunidad y los visitantes.

Aprovechando el ambiente festivo, que se ve enriquecido por la interacción entre comparseros y la presencia de Nathalia I, Julio César Salvatierra Gutiérrez, popularmente “Puga”, que utiliza hojas de naranjo como instrumento musical, habilidad que heredó de su hermano Arcelio más conocido como “Chuto”, le lanzo unos piropos criollos a la soberana y le ofreció una linda poesía lo que añade un matizcultural a la celebración.
La rica culinaria local y el famoso refresco de achachairú son un atractivo adicional que complementa la experiencia del carnaval, permitiendo a los asistentes deleitarse con sabores típicos mientras disfrutan de la música y el baile.

Con la Presencia de la Reina Nathalia Molina, la fiesta tuvo otro matiz en la plaza principal, donde comparseros y visitantes se confunden en pleno goce de la fiesta carnavalera.
Porongo se muestra como un destino ideal para quienes buscan disfrutar del carnaval en un entorno donde la participación es bienvenida y el respeto por aquellos que prefieren observar es una característica valorada. Este carnaval no solo es una fiesta, sino un reflejo de la calidez y hospitalidad del pueblo porongueño, una tradición que, sin duda, merece ser preservada.
