“Me maquillaba entre lágrimas y salía al aire fingiendo que todo estaba bien”, confesó la presentadora y figura pública Anabel Angus en un emotivo mensaje difundido a través una entrevista en redes sociales, en la que por primera vez habló abiertamente sobre el dolor personal que vivía fuera de cámaras.
Durante años, Anabel fue sinónimo de alegría y perfección en televisión. Pero ahora, en un giro conmovedor, reveló que muchas veces esa imagen era una fachada que ocultaba un proceso emocional profundo. “Yo siempre quería que vean a la Anabel feliz, bonita, con un lindo peinado. Una perfección que no existe, que la querés montar”, expresó.
La comunicadora narró que, en varias ocasiones, tras bastidores, rompía en llanto, se retocaba el maquillaje y volvía a salir al aire. “Se apagaban las luces y volvía a llorar”, contó, relatando con crudeza la presión de sostener una imagen inquebrantable ante el público.
Angus explicó que en la actualidad ha decidido ser más auténtica en sus redes sociales, mostrando también su vulnerabilidad. “No dormí toda la noche, estoy hecha bolsa, no tengo ganas de nada… pero si a vos te pasa lo mismo, te mando buenas vibras”, relató en Noticias Trending Bolivia, apelando a la empatía y conexión real con sus seguidores.
Llamado a la empatía
El testimonio se da en medio de un contexto sensible, marcado por cambios en su vida familiar y una ola de especulaciones y comentarios en redes sociales. La comunicadora pidió, con firmeza pero sin confrontación, que se detengan las historias paralelas y los contenidos maliciosos.
En su comunicado, hizo referencia a videos generados por inteligencia artificial con intenciones de burla, así como a memes que han circulado afectando su situación sentimental. “Deseo cuidar la imagen que mis hijos tendrán algún día sobre sus padres”, afirmó.
Una voz que humaniza
Anabel Angus cerró su mensaje agradeciendo el cariño de sus seguidores y haciendo un llamado al respeto: “Como mamá entenderán este pedido”, escribió. Con un tono sereno y valiente, dejó en claro que detrás de las cámaras también hay una mujer real, que lucha, que cae y se levanta.
Su testimonio ha resonado con miles de personas que encuentran en sus palabras un reflejo de sus propias batallas internas. En tiempos de apariencias, su mensaje es una invitación a la empatía, la verdad y el respeto en redes sociales.
