En la víspera de unas elecciones en las que el movimiento político de izquierda que él encabezó corre el riesgo de perder el poder en Bolivia, el expresidente Evo Morales declaró el sábado que no sabe qué hará ante la amenaza de una detención en el caso que se imponga la derecha en las urnas.
El carismático y veterano exmandatario piensa, sin embargo, que el domingo el voto nulo que está promoviendo triunfará.
“¿Qué vamos a hacer? Ni yo sé. Estoy en la mira del imperio (en alusión a Estados Unidos) y de la derecha”, señaló el líder cocalero de 65 años a The Associated Press en el Chapare, centro de Bolivia, donde está protegido por sus bases leales desde hace ocho meses cuando la fiscalía ordenó su arresto por negarse a responder ante una acusación por presunto abuso de una menor cuando era mandatario.
“Nos manejamos orgánicamente y estoy convocando a una reunión nacional el miércoles para tomar decisiones”, señaló.
Los bolivianos acuden el domingo a una elección presidencial y legislativa en medio de una profunda crisis económica y el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) fracturado y en riesgo de perder el poder que ha ejercido durante casi dos décadas.
De acuerdo con todas las encuestas de intención de voto, los favoritos en la liza son el empresario de centro derecha Samuel Doria Medina y el ex presidente conservador Jorge Quiroga, en ese orden. Compiten por cuarta ocasión y la ventaja entre ambos es tan poca que se anticipa una segunda vuelta en octubre. Medina y “Tuto” Quiroga han dejado claro que mandarían a detener a Morales en el caso de ganar la presidencia.
Tanto Doria Medina como Quiroga también han prometido sacar al país de la crisis que ha golpeado por la escasez de combustibles y los precios disparados de los alimentos que han llevando al límite la paciencia de los bolivianos tras casi 20 años de gobierno de izquierda, primero con Morales y después con el saliente presidente Luis Arce.
Morales no pudo revertir, a pesar de las protestas de sus seguidores, una prohibición constitucional para poder optar por un cuarto mandato. Arce, heredero político de Morales pero que se enfrascó con él en una desgastante pugna a lo interno del MAS, declinó buscar la reelección en medio de la crisis económica.
Ante su ausencia en la boleta y como una forma de oponerse a las demás candidaturas, incluidas las de figuras que salieron del MAS — el exministro Eduardo Del Castillo que va por este movimiento y su pupilo Andrónico Rodriguez que corre por una nueva alianza de partidos populares — Morales aboga por el voto nulo. No se sabe qué efecto tendría esa campaña en la votación del domingo.
“Nadie va a ganar, primero será el voto nulo que es el voto de Evo y al que se sumará el voto bronca” que surge del rechazo de los ciudadanos a los dos candidatos de derecha que aparecen como favoritos para ganar, sostuvo Morales.
“Es una elección ilegítima porque muchos candidatos a legisladores no renunciaron a sus cargos actuales para volver a postular y porque no está el movimiento indígena y popular” representado por su partido de reciente creación “Evo pueblo”, señaló.
“(Casi) todos los candidatos son de la derecha, por eso el voto bronca; candidatos del pueblo no hay”, insistió el que fuera el primer presidente indígena y el que más años gobernó Bolivia (2006-2019).
Morales renunció en 2019 en medio de un estallido social que dejó 37 muertos tras unos comicios en los que buscaba la reelección y que fueron denunciados como fraudulentos. Tras el regreso al poder de su partido el MAS en 2020 con Arce, estalló la despiada guerra entre ambos.
“Nadie convence, ni la vieja derecha ni la nueva derecha”, afirmó. En está ultima incluyó a su ex aliado Rodríguez, de 36 años, dirigente cocalero con diploma universitario que participa con Alianza Popular, de izquierda, y al exministro Del Castillo, quien postula por el MAS y afín a Arce. Rodriguez aparece en tercer lugar en los sondeos, mientras que Del Castillo en los últimos puestos.
A pesar de las amenazas de seguidores de Morales de impedir la instalación de mesas de sufragio en el Chapare, la situación era de calma el sábado, y según las autoridades electorales el material de votación ha llegado a la zona sin dificultades. “El gobierno garantiza una jornada electoral tranquila y ordenada”, aseguró el ministro de Gobierno, Roberto Ríos.
/LAUCA Ñ, Bolivia (AP) /