El Concejo Municipal de Santa Cruz eligió a una nueva directiva encabezada por Gabriela Garzón, como presidenta, y Miguel Fernández, como secretario, en reemplazo de los cargos acéfalos que dejaron Silvana Murcazel e Israel Alcocer.
Sin embargo, la designación no está exenta de polémica. El concejal José Antonio Alberti Uzqueda denunció que la conformación de esta directiva, respaldada por la bancada de Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y el Movimiento al Socialismo (MAS), constituye un “grave atropello” al ente legislativo y al pueblo cruceño.
“Se pretende autoproclamar de manera ilegal a una nueva directiva del Concejo Municipal, vulnerando las normas, los procedimientos y los principios democráticos”, advirtió Alberti. Según el legislador, este hecho incluso habría derivado en actos de violencia que pusieron en riesgo la integridad física de funcionarios municipales.
En medio de esta pugna política, el Concejo emitió un pronunciamiento en el que reafirma su compromiso con la legalidad, la transparencia y el respeto a la voluntad ciudadana. Asimismo, advirtió que no permitirá que “acciones irregulares, arbitrarias e ilegales socaven la institucionalidad democrática de Santa Cruz de la Sierra”.
La disputa refleja la fuerte división interna que atraviesa el legislativo municipal y anticipa nuevas tensiones en el marco de la transición política que vive la capital cruceña.