jueves, 30 octubre,2025
19 C
Santa Cruz de la Sierra

El “dedazo” en Libre y las tensiones entre Tuto y Branko: riesgo de fragmentación y perdida de credibilidad

La reciente polémica en torno a la designación de los jefes de bancada de la alianza Libre, liderada por Jorge “Tuto” Quiroga, revela las primeras fisuras internas dentro de la nueva fuerza opositora que se prepara para asumir funciones en la Asamblea Legislativa.
El señalamiento de un supuesto “dedazo” —acusación lanzada por el diputado potosino Édgar Zegada y secundada de manera indirecta por el senador cruceño Branko Marinkovic— expone una disputa de fondo: la tensión entre el liderazgo centralizado de Quiroga y las expectativas de renovación democrática que varios de sus aliados prometieron durante la campaña.

El trasfondo político

Tuto Quiroga, en su calidad de líder de Libre, ratificó a Tomasa Yarhui como jefa de bancada en el Senado y a Rafael López en Diputados, asegurando que la decisión fue fruto de un consenso y no de una imposición.
“Hablar de dedazo es una falta de respeto al diputado más votado de Bolivia y a una de las mejores políticas del país”, afirmó el exmandatario, en referencia a López y Yarhui.

No obstante, la reacción de algunos legisladores, especialmente de Zegada, sugiere que la forma en que se tomó la decisión no fue del todo participativa, lo que alimenta la percepción de que la dirección política de Libre continúa dependiendo de la figura de Quiroga.
La alusión al “dedazo”, término asociado históricamente al control vertical del MAS bajo Evo Morales, adquiere especial peso simbólico, ya que Libre se presentó como una alternativa ética, democrática y renovadora frente al oficialismo.

El senador electo por Santa Cruz, Branko Marinkovic, expresó su malestar de manera más velada, pero igualmente significativa. A través de sus redes sociales, sostuvo que “el MAS se fue y con él deben irse también las viejas mañas de la política”, en aparente alusión a lo ocurrido dentro de Libre.
Marinkovic reivindicó el principio del “voto libre” y advirtió que la democracia “no solo se defiende afuera, también se practica adentro”, en una clara crítica a las decisiones adoptadas sin votación abierta ni deliberación amplia.

Estas declaraciones revelan una lucha interna por la conducción política del bloque opositor y la definición del estilo de liderazgo que marcará su desempeño parlamentario. Mientras Quiroga insiste en la necesidad de “equilibrio y consenso”, Marinkovic y otros dirigentes plantean una estructura más horizontal, en la que las decisiones emanen de la base parlamentaria y no del liderazgo histórico.

La controversia refleja un choque de visiones dentro de Libre:

  • Por un lado, un liderazgo tradicional, centralizado, con figuras de trayectoria política como Quiroga y Yarhui.
  • Por otro, una corriente emergente que busca romper con las prácticas de imposición y verticalidad que caracterizaron a anteriores fuerzas políticas.

En términos estratégicos, el episodio llega en un momento clave: Libre está consolidando su bancada y definiendo su papel dentro de la nueva correlación de fuerzas en la Asamblea. Si las tensiones internas no se canalizan adecuadamente, el bloque corre el riesgo de fragmentarse o perder credibilidad frente a la opinión pública, especialmente entre los sectores que ven en esta alianza una oportunidad de renovación opositora.

La polémica por el supuesto “dedazo” en Libre va más allá de una simple disputa interna. Es un test de coherencia entre el discurso de cambio político y las prácticas reales de liderazgo dentro de la oposición.
Tuto Quiroga enfrenta el desafío de mantener la unidad sin recurrir a los métodos que criticó en el pasado, mientras Branko Marinkovic y otros dirigentes deben equilibrar su discurso reformista con la necesidad de cohesión política.
El resultado de este pulso interno definirá si Libre logra consolidarse como una oposición moderna y democrática, o si repite los mismos vicios que dice combatir.


Table of contents

Mas recientes

Mas Noticias