La historia de Estelita, una tigrilla rescatada de los incendios forestales en 2021, se convirtió en un símbolo de lucha, perseverancia y amor por la vida silvestre. Luego de cuatro años de cuidados intensivos, esta pequeña felina inicia una nueva etapa en el Refugio de Vida Silvestre Senda Verde, en el departamento de La Paz.
Fue hallada en malas condiciones por bomberos forestales de la Gobernación de Santa Cruz, en medio de un incendio que se desarrollaba en el municipio de San Ignacio de Velasco, en septiembre de 2021. Apenas una cachorra, sin madre ni defensas, enfrentaba un pronóstico reservado. Su recuperación fue un desafío que unió a profesionales, instituciones y corazones comprometidos con la vida silvestre.
Sofía Bello, veterinaria responsable de Rescate y atención de fauna silvestre de la Gobernación, explicó que Estelita fue atendida durante cuatro años en un esfuerzo compartido entre el Centro de Atención y Derivación de Fauna Silvestre (CAD) y Jaqueline Bazán, del Hospital Veterinario de la Uagrm
Posterior a ello, “desde el 2023, estuvo bajo custodia total del CAD, mientras esperábamos un refugio que pudiera recibirla. No es fácil encontrar espacios disponibles, ya que muchos están sobrecargados por los efectos del tráfico ilegal y los incendios”, explicó Bello, a tiempo de agradecer el compromiso del Refugio Senda Verde, en la provincia Nor Yungas, que aceptó acoger a Estelita con dedicación y cariño.
La veterinaria también destacó el apoyo de la aerolínea Ecojet, que facilitó el traslado gratuito de la felina y de ella (como acompañante) desde Santa Cruz; así como la colaboración del Gobierno Municipal de La Paz, que coordinó su llegada desde el aeropuerto de El Alto hasta el refugio.
Historia de lucha y supervivencia. Jaqueline Bazán, veterinaria de la Uagrm, detalló que su estado de salud fue extremadamente delicado desde el inicio, debido a la falta de calostro y leche materna. “Durante el primer año y medio, pasamos de una complicación a otra. Su sistema inmunológico era débil, y cada enfermedad representaba una amenaza real para su vida”.
En una ocasión, la tigrilla contrajo panleucopenia –una enfermedad viral grave en felinos– que redujo drásticamente sus defensas y glóbulos rojos. Sin posibilidad de una transfusión sanguínea, debido a la dificultad de encontrar donantes de su especie, se recurrió a medicamentos inmunoestimulantes, tratamientos oncológicos y eritropoyetina para activar su médula ósea. Contra todo pronóstico, Estelita respondió.
“Hubo tres momentos en los que pensé que no lo lograría”, confesó Bazán, visiblemente emocionada. “Pero ella luchó con una fuerza increíble. Fueron noches de desvelo, incertidumbre y mucha entrega. Pero también de esperanza. Cada pequeño avance fue una victoria compartida”, añadió.

Hoy, Estelita goza de buena salud y ya se encuentra en Senda Verde, un ambiente protegido donde continuará con su vida. Su historia es una muestra del compromiso de instituciones, profesionales y ciudadanos que apuestan por la conservación y la recuperación de la fauna silvestre.
“Ella nos enseñó que vale la pena luchar por cada ser vivo. Es una historia que no solo nos emociona, sino que nos llama a actuar y seguir protegiendo nuestra fauna silvestre”, concluyó por su parte Sofía Bello, veterinaria rescatista de la Gobernación cruceña.
