No hay camba que no saque pecho por el desarrollo vertiginoso de Santa Cruz. Y ahora en la era de las redes sociales hay más oportunidades para relatar cómo es esta región primero salió del abandono estatal y se convirtió en la más pujante del país.
Así lo refleja en su cuenta de Facebook, Rómulo Calvo Hurtado, padre del presidente del Comité Pro Santa Cruz, que lleva el mismo nombre. Hace unos días colgó varias fotografías de Santa Cruz de antaño, en las que se ven sus principales calles de tierra e inundadas.

“La Santa Cruz de mi infancia. Imágenes del abandono y postergación al que nos sometían desde el centralismo andino. Nosotros, solo nosotros cambiamos nuestra historia. Ahora todos se quieren venirse”, señala el mensaje que acompañan las gráficas.
En otra publicación, se responde a la pregunta ¿Santa Cruz es todos? señalando “no señores migrantes, Santa Cruz es de los cruceños, así como Cochabamba es de los cochabambinos y La Paz de los paceños”. Agrega que sí es verdad que Santa Cruz es de todos, pero todos los cruceños que aman su región y de los que “sin haber nacido entre los cruceños se juegan todos los días por Santa Cruz, comparten nuestros sueños, nos respetan y se asimilan orgullosamente al ser cruceño y sus valores”.
Critica la frase el cruceño nace donde quiere, porque considera que el verdadero cruceño respeta a su pueblo, no le interesa ser dueño de ninguna tierra que no sea la propia. Asegura que siempre serán bienvenidos los que vienen sin odio ni resentimientos a contribuir al crecimiento del país y llama advenedizos a los que dicen que Santa Cruz es de todos y pretenden desplazar a los cruceños.
Llama advenedizos o recién llegados a los que pregonan que “Santa Cruz es todos”, pero pretenden sustituirnos con consignas políticas y diciendo ser cruceños “por el hecho de habitar en nuestro territorio. A ellos pregunta ¿dónde estaban cuando en las alturas incendiaban nuestros símbolos departamentales y se arengaba mueran los cruceños?”.
Por último, remarca que serán recibidos con los brazos abiertos los que lleguen a forjarse un destino que ni encuentran en su lugar de origen y bienvenidos los que vienen sin odio ni resentimientos ancestrales a contribuir al crecimiento del país. “No traten de traspasarnos sus traumas y complejos, de los cuales no somos ni nos sentimos culpables”.


