El Encuentro Cívico “Es hora de reconstruir Bolivia”, organizado por el Comité Pro Santa Cruz, evidenció tanto las coincidencias como las tensiones entre los aspirantes presidenciales Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, quienes fueron los únicos en asistir a la cita a pesar de haber sido convocados los cuatro candidatos con mayor preferencia en las encuestas.
Escenario incompleto pero revelador
La ausencia de Manfred Reyes Villa y Rodrigo Paz fue percibida como un desaire por parte del liderazgo cívico cruceño, que no ocultó su molestia. Más aún, la decisión de excluir a los candidatos del MAS se justificó con un duro calificativo: “carceleros de los cruceños”.
Aun con solo dos candidatos presentes, el evento se consolidó como un espacio de alto valor político, en el que se debatieron temas estructurales para la reconfiguración del Estado: autonomía, justicia, modelo económico, descentralización de recursos, y gobernabilidad post electoral.
Autonomía y descentralización: eje del discurso
Jorge Tuto Quiroga propuso una “autonomía total”, que implica no solo una mayor transferencia de competencias, sino también una redistribución radical de los recursos públicos. Según sus cifras, hoy el Gobierno central maneja el 78% del presupuesto público (unos $us 17.748 millones), mientras que solo un 22% va a las regiones. Su propuesta busca revertir esa lógica: un 62% de los recursos para las regiones y solo un 38% para el nivel central, bajo la premisa de descentralizar salud, educación y seguridad.
En ese marco, planteó un rediseño fiscal profundo, un programa de salvataje para alcaldías, universidades y gobernaciones, y un modelo de gestión que atienda la sostenibilidad subnacional. Su discurso se alineó con las demandas históricas de Santa Cruz y fue bien recibido por los sectores cívicos.
También planteó un nuevo pacto fiscal, basado en la tributación personal, especialmente en sectores como salud y educación. “12.000 millones de dólares se monetizan orgánicamente. Hay que hacer un programa de salvataje para universidades, alcaldías y gobernaciones, que hoy están en situación insostenible por su dependencia del IDH”, remarcó.
Quiroga también hizo su propuesta en relación con las áreas protegidas y parques nacionales. El planteamiento se centra en sancionar severamente a quienes provoquen incendios deliberados con el fin de avasallar tierras.
Señaló que, en su eventual gobierno, se garantizará el cumplimiento de la ley y se fortalecerá la prevención con la creación de brigadas ecológicas regionales.
“Prevención, titulación y garantizar de que el Estado nunca más nos sorprenda, no sé por qué los incendios nos sorprenden, si son deliberados, es una política de avasallar, para tomar tierras, para extender políticamente un proyecto, donde los organismos de seguridad no solo no cuidan al avasallado, sino queman y destruyen”, manifestó Quiroga.
Samuel Doria Medina: inversión, seguridad jurídica y agro como pilar económico
El candidato de Unidad Nacional centró su discurso en el desarrollo económico y la seguridad jurídica. Planteó un freno a los avasallamientos, castigo penal efectivo para los responsables y una reactivación del proceso de saneamiento de tierras. Además, propuso abrir la puerta a la biotecnología para dinamizar el agro como nuevo motor exportador, capaz de reemplazar los ingresos por gas.
Doria Medina también hizo un llamado a realizar reformas estructurales profundas, que —según advirtió— serán imposibles si el MAS logra un tercio de representación parlamentaria, ya que muchas de estas reformas requieren dos tercios. En esa línea, subrayó la importancia de lograr una mayoría legislativa comprometida con el cambio.
“El principal problema de la economía boliviana hoy no es solo la intervención del Estado, sino la incertidumbre. El país necesita reglas claras y estables para atraer inversiones y generar empleo”, afirmó el candidato de Unidad Nacional (UN)”.
También planteó una apertura total a la biotecnología, calificando como un absurdo que el Estado obligue a utilizar semillas obsoletas de hace 30 años.
“En un mundo competitivo, no podemos seguir mandando a nuestros productores a perder. Bolivia necesita condiciones similares a las de sus vecinos. El agro puede convertirse en el nuevo generador de divisas que reemplace al gas, cuya renta se ha esfumado por falta de inversión”, afirmó.
Justicia y presos políticos: un punto de coincidencia
Ambos candidatos coincidieron en la necesidad de liberar a los presos políticos. Doria Medina propuso una ley de amnistía y pidió al Ministerio Público que desista de los procesos irregulares, en referencia a los casos de Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho. Quiroga, por su parte, llamó a castigar a los responsables de violaciones de derechos humanos, especialmente contra dirigentes cruceños.

Advertencia y fisuras en el pacto opositor
Uno de los momentos más tensos fue el cruce indirecto entre ambos candidatos sobre la viabilidad de un pacto postelecciones. Doria Medina reprochó a Quiroga no haber cumplido con su compromiso de apoyar al mejor posicionado en las encuestas, recordando que lidera ocho mediciones y, aun así, Tuto no ha declinado su candidatura. La alusión no solo dejó en evidencia una falta de confianza entre ambos, sino que sembró dudas sobre la posibilidad real de una unidad opositora.
“Tenemos diferencias, las vamos a dilucidar hasta el 17 de agosto, pero estoy convencido que estamos destinados a entendernos para cambiar Bolivia por las próximas décadas. No para una persona, para que el país nunca más sufra estos veinte años de latrocinio”, respondió Tuto.
Respecto a la seguridad jurídica en el agro, Doria Medina denunció una presunta red de complicidad entre avasalladores y autoridades encargadas de regular la tierra.
“Hay una organización que guía y protege a los avasalladores. No se firman títulos, se frena el saneamiento y se permite la toma de tierras fiscales. Esto debe cambiar con penas más duras, cárcel real y la acusación por múltiples delitos. Debemos dar señales firmes y claras”, sentenció.
Doria Medina cerró su intervención señalando que, de no ser él quien encabece la preferencia electoral, apoyará al candidato mejor posicionado para liderar el cambio, haciendo un guiño a una posible alianza.
“Si Tuto (Jorge Tuto Quiroga) fuera presidente, y yo no soy el primero, voy a apoyar al primero. La prioridad es reconstruir Bolivia con unidad, firmeza y visión de futuro”, concluyó.
El Encuentro Cívico no solo sirvió para conocer las propuestas de dos de los principales candidatos, sino que también dejó en claro que, de no existir una mayoría legislativa clara ni acuerdos firmes entre los opositores, cualquier intento de reforma estructural podría quedar entrampado. La advertencia fue clara: “Ya se han hecho ocho encuestas y no hay duda de quién tiene la preferencia del pueblo. No es miedo al MAS, es conciencia. Pero si el MAS logra un tercio en el Congreso, impedirá las reformas que Bolivia necesita. Por eso, es fundamental cambiar leyes y, si es necesario, también la Constitución”, aseguró.
A menos de un mes de las elecciones, los discursos mostraron más coincidencias programáticas que voluntad política real para articular una candidatura única. La ciudadanía, especialmente en regiones clave como Santa Cruz, espera más que promesas: espera hechos concretos de unidad y compromiso.
