El candidato presidencial Jorge “Tuto” Quiroga elevó la tensión en la campaña electoral al advertir con iniciar procesos penales contra los ejecutivos del Banco Central de Bolivia (BCB) si el próximo 8 de noviembre, fecha en que prevé asumir el nuevo gobierno, no se entregan las 22 toneladas de oro que la Ley del Oro obliga a mantener como reservas nacionales.
“Han dicho que están manteniendo 22 toneladas, pero que han pignorado parte de ese oro. Eso es ilegal, van a ir presos. Señores del Banco Central, prepárense para responder. El 8 de noviembre tienen que entregar 22 toneladas de oro, de lo contrario, directo a la Chirola se van todos”, declaró en un acto en El Alto, donde compartió un apthapi con cerca de 500 mujeres.
El exmandatario vinculó este tema con el anuncio del Ministerio de Economía, que aseguró que el abastecimiento de combustibles estaría garantizado únicamente hasta la conclusión del mandato de Luis Arce. Para Quiroga, esa postura refleja “falta de sensibilidad, corrupción e incapacidad”.
“Que diga ‘yo me voy el 8 de noviembre y se quedan sin diésel y gasolina’, ese es el grado de la absoluta irresponsabilidad de los que se están yendo”, afirmó, al tiempo de anunciar que ya realiza gestiones internacionales para evitar un colapso económico en caso de ganar la presidencia.
Críticas a Rodrigo Paz
Quiroga también arremetió contra su adversario Rodrigo Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), por desconocer —según él— la cifra real de la deuda externa.
“De verdad sorprende que un candidato en segunda vuelta diga que va a hablar con los gringos para renegociar una deuda externa de 40 mil millones de dólares. La deuda real es de 13.770 millones. A Estados Unidos no le debemos un dólar desde hace años”, sostuvo.
Paz, en una visita a Warisata, aseguró que la deuda alcanza los 40 mil millones y que viajaría “a negociar con los gringos” para garantizar hidrocarburos, lo que provocó la inmediata réplica de Quiroga: “No saben cuánto debemos ni a quién”.
Con este endurecimiento del discurso, el exmandatario busca marcar diferencia frente al gobierno saliente y a su rival directo en la segunda vuelta electoral.