“Otra cosa es con guitarra”, suele decirse cuando la teoría se enfrenta a la práctica. Para Vicente Cuéllar, rector saliente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), esta frase sintetiza sus cuatro años al frente de la principal casa de estudios superiores de Santa Cruz, una etapa en la que, asegura, se devolvió la voz, la visión y la presencia institucional a una universidad que, según sus palabras, estaba “ciega, sorda y muda” ante la realidad social.
A dos días de entregar el mando de la Gabriel a su aliado Reineiro Vargas, Cuéllar hace un balance que combina resultados concretos, transformaciones estructurales y un posicionamiento político-institucional que, afirma, “dejó la vara muy alta para que la Gabriel nunca más sea una universidad del silencio”.
De crisis financiera a estabilidad. Cuando asumió, la UAGRM arrastraba deudas por dos meses de salarios. Su administración pagó 182 millones de bolivianos heredados de la gestión anterior y garantizó el pago puntual a docentes y trabajadores durante todo el mandato. “Administrar una institución tan grande me ayudó a madurar como persona y políticamente”, señaló.
“La U se asemeja mucho a gobernar el país, porque aquí hay conflictos sociales, hay marchas, paros, huelgas, tomas de facultades, de carreras. Entramos en un proceso duro para transparentarla. Sin duda es un buen ejercicio ser rector para el que quiera conducir los destinos del país. Hay que saber convivir con 18 facultades, seis en provincias y 12 en capital. Hay que saber lidiar con el cogobierno, con los profesores, estudiantes y sindicato de trabajadores. Gracias a la visión institucionalista logramos una buena coordinación con los diferentes estamentos”, remarcó.


Transformaciones clave
Fin a la reelección indefinida y fortalecimiento institucional: Eliminación de la reelección del rector y separación de poderes entre el Ejecutivo y el ICU como órgano legislativo y fiscalizador.
Transformación digital: Implementación de sistemas modernos para gestión académica y administrativa.
Certificación académica: Avance en acreditación de carreras con estándares nacionales e internacionales.
Apuesta agropecuaria: Recuperación de tierras y relanzamiento productivo de la Facultad de Ciencias Agrícolas.
Vinculación con la sociedad: Convenios con sectores productivos, empresas y organismos estratégicos.
Infraestructura y equipamiento: Pavimentación interna, nuevos parqueos, coliseos, comedor universitario y laboratorios de última generación.
Defensa de Santa Cruz: Participación activa en debates sobre censo, padrón electoral, democracia y agenda autonómica.
Relanzamiento internacional: Acuerdos con universidades e instituciones de países como India, fortaleciendo la proyección global.
Reconocimiento y posicionamiento. Cuéllar afirma que la universidad recuperó presencia nacional: “Cuando viajo por Bolivia, la gente me reconoce como rector de la Gabriel, incluso sin saber mi nombre”.
Una encuesta de Ciesmori respalda esta percepción:

Liderazgo que trasciende lo académico. Con una aprobación de 79%, entre buena y regula, en sondeos, Cuéllar se proyecta como un líder emergente, no tradicional, más cercano a la ciudadanía y sus demandas.
“La U es como gobernar un país: hay conflictos, paros, huelgas y procesos de negociación. Es un buen ejercicio para quien aspire a conducir el destino de Bolivia”, reflexiona.
La UAGRM también renovó el material vetusto y obsoleto de décadas atrás y abrazó la ola tecnológica en esta era artificial, modernizando los procesos de gestión con la digitalización de archivos y reconstruyendo documentos, facilitando el acceso rápido a la información.


Asimismo, se dotó de un modelo académico que proyecta a la UAGRM hacia el 2050, asumiendo un acompañamiento consciente al sector productivo departamental, energía motora del país y que necesita innovación.
Con su salida, la UAGRM inicia una nueva etapa. Cuéllar, por su parte, deja un mensaje: “Las bases están sentadas; ahora, la Gabriel no puede volver a callar”.