Un grupo armado y encapuchado de al menos 200 personas tomó por la fuerza este viernes el predio cañero Patujú, en el municipio de Montero, y llegó al extremo de retener como rehén a su propietario, Pablo Vaca Díez, quien resultó herido durante la irrupción violenta.
Según la denuncia del vicepresidente del Comité Cívico, Agustín Zambrana, los avasalladores ingresaron portando palos y encubriendo sus rostros. Vaca Díez fue golpeado y mantenido en contra de su voluntad dentro de su propia casa y lugar de trabajo, tierras que han sido por generaciones productivas en caña de azúcar y ganadería.
Tras varias horas de tensión, el propietario fue liberado, aunque con lesiones físicas y psicológicas. Policía y Fiscalía ya fueron notificadas, pero hasta el momento la población exige una intervención inmediata que ponga fin a esta ola de violencia y a la impunidad con la que operan los grupos avasalladores en Santa Cruz.
Lo ocurrido en Montero no es un hecho aislado, sino parte de una escalada de invasiones violentas de tierras productivas, que siembran miedo, atentan contra la seguridad de las familias, paralizan el trabajo agrícola y amenazan la seguridad alimentaria del país.
¡Basta de impunidad, basta de invasión pacífica o violenta, basta de despojo y de ataques a la propiedad privada!, es la protesta que señalan por este caso.
Para los dirigentes cívicos la tierra no puede ser negociada bajo amenazas, violencia y loteamientos ilegales. La ciudadanía espera respuestas claras yacciones firmes de las autoridades.
