Un nuevo hecho de sangre sacudió la ciudad de Santa Cruz la noche del sábado 12 de julio. Un ciudadano brasileño, identificado como Pedro R.F., de 32 años, fue hallado sin vida frente a un condominio en la zona del Urubó, con al menos nueve impactos de bala en su cuerpo, tres de ellos en el rostro.
El fiscal departamental de Santa Cruz, Alberto Zeballos Flores, confirmó que el Ministerio Público ya inició las investigaciones correspondientes. “Inmediatamente se conoció de este hecho, el equipo fiscal se trasladó al lugar para iniciar la investigación y proceder con el levantamiento legal del cadáver”, informó la autoridad.
El informe de la autopsia médico-legal determinó como causa de muerte un shock hipovolémico hemorrágico y traumatismo cráneo-torácico por proyectil de arma de fuego. La distribución de los disparos —concentrados en el rostro y el tórax— sugiere que se trató de un ataque directo y planificado.
“Dentro de los elementos de convicción recogidos se tiene registrados 9 disparos de proyectil de arma de fuego en la humanidad del extranjero, la mayoría percutados en el tórax y tres en el rostro”, precisó Zeballos.
Un pasado criminal en Brasil
Las primeras indagaciones revelaron que Pedro R.F. contaba con antecedentes penales en su país de origen. Según medios brasileños, en diciembre de 2013 fue detenido en Araxá, estado de Minas Gerais, por la Policía Militar, en posesión de aproximadamente 30 kilos de crack. Un año antes, en 2012, había sido arrestado en la ciudad de Ipatinga tras una serie de robos domiciliarios, durante los cuales se recuperaron numerosos objetos sustraídos.
Este historial delictivo ha llevado a las autoridades bolivianas a considerar la posibilidad de que el crimen esté vinculado al narcotráfico o a redes internacionales de crimen organizado.
Investigación en curso
El caso ha generado conmoción en la población cruceña por la violencia con la que se ejecutó el crimen y la posible conexión con actividades ilícitas transnacionales. El Ministerio Público continúa recabando pruebas, revisando cámaras de vigilancia del área y tomando declaraciones a vecinos y posibles testigos.
“La investigación está en marcha y no se descarta ninguna hipótesis. Estamos coordinando con otras instituciones para profundizar en el entorno del fallecido y sus vínculos dentro y fuera del país”, indicó el fiscal Zeballos.
El asesinato ocurre en un contexto de creciente preocupación por la presencia de organizaciones criminales extranjeras en Bolivia, particularmente en zonas fronterizas y regiones estratégicas como Santa Cruz. /Vía Red Uno/