Por Nazario
Apenas se confirmó la victoria de Rodrigo Paz, el aire político del país cambió: donde antes había resignación, hoy hay movimiento. Y no precisamente de ideas, sino de trajes. Los busca pegas no masistas —esos que sobrevivieron veinte años fuera del poder— están sacando las naftalinas y planchando sus mejores ternos, convencidos de que esta vez sí les toca un ministerio, una dirección o, al menos, un carguito con aire acondicionado.
En redes sociales ya circulan “listas filtradas” de posibles ministros, secretarios y hasta viceministros adjuntos de lo que algunos llaman el Gobierno del cambio verdadero. En esas nóminas aparecen empresarios, expolíticos, dirigentes institucionales y, curiosamente, hasta algunos periodistas que juran haber visto su nombre en los grupos de WhatsApp.
El entusiasmo es tal que varios ya encargaron fotos nuevas de perfil con fondo azul y sonrisa institucional, mientras otros ensayan discursos de posesión frente al espejo. Pero no todo es ilusión: Rodrigo Paz ya puso el primer freno a los excesos de entusiasmo, cortando la idea de su vicepresidente de crear un Ministerio de Deportes con Marco Etcheverry a la cabeza.
“Eso estaría lleno de burócratas busca pegas”, sentenció el presidente electo, quien prefiere elaborar normas que fortalezcan al deporte sin convertirlo en otro refugio de amigos del poder.
“Necesitamos dar instrumentos legales que potencien a los clubes, que no mendiguen recursos, sino que sean sostenibles”, dijo Paz, marcando distancia de la vieja práctica de convertir el Estado en agencia de empleos.
Por ahora, los trajes siguen listos, las listas circulan y los rumores hierven.
El nuevo gobierno aún no empieza, pero la carrera por los cargos… ya está en marcha.
