¿Realmente es el inicio de un nuevo ciclo político?, ¿hay una agenda de nuevas demandas?, ¿hay lugar para actores y protagonistas nuevos en el ámbito electoral?, ¿qué se les está pidiendo?, ¿cuánto durará este ciclo político, una vez que se consolide?, ¿hay vocación de las fuerzas emergentes para alinear las estructuras políticas con las económicas y los factores de producción?, ¿podría afirmarse que hay desempate y hegemonías en el ejercicio democrático en construcción?, ¿hay pleno consenso para generar Gobierno y orden? ¿la correlación de fuerzas permanece muy polarizado?.
Compartiendo una advertencia y lista de más preguntas que respuestas que deberán ser despejadas rumbo al 3 de mayo de 2020, día de las elecciones nacionales; para el director de Ciesmori, José Luis Gálvez, luego del ‘empate catastrófico’ y el enfrentamiento entre dos fuerzas políticas, MAS y diputados y senadores de oposición, poniendo a Bolivia en medio y causando una crisis de Estado; dar por sentado y plantear la tesis que ya se inició un ciclo político, es apresurado.
Señala al autor Luis Tapia «…Hay una primera fase de inicio de un ciclo político en el que se experimenta el despliegue de las más amplias articulaciones sociales y políticas, en términos de instituciones, de políticas y estado, como de proyecto político y dirección…, que luego sólo se va encogiendo o desarticulando hasta un próximo momento de ruptura o reciclaje más o menos global de la política». Y Gálvez, quien es especialista en investigaciones sociales, observa que “justamente lo que estamos viviendo es la primera etapa de la primera etapa donde se van definiendo cuáles son las políticas de Estado, las direcciones que se proponen, cómo se configuran las instituciones del Estado, etcétera”.
Siguiendo a Luis Tapia, un ciclo político hace referencia a un periodo de tiempo donde se constituye un determinado modo de articulación de las formas de estados y gobierno con las formas de legitimación y culturas políticas, además de las necesarias relaciones con la estructura económica y las relaciones de producción. Refiere un lapso de tiempo concreto, que cada vez en Bolivia es más corto como los del siglo XX: a) Ciclo de la Revolución Federal a la Revolución del 52 = 50 Años b) Ciclo de la Revolución Nacional a la Hiperinflación = 30 Años, c) Ciclo de la Hiperinflación a Evo Morales = 20 Años y d) Ciclo de Evo Morales = 14 Años.
Gálvez, conferencista en el Foro Internacional de Comunicación Política ‘De la crisis al nuevo ciclo’ realizado en la Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz (Utepsa), también subrayó el “momento político amplio que se está decantando y con una degradación permanente todavía está en ciernes y en pleno proceso de elaboración” porque no existe definición de la dirección planteada, los proyectos políticos alternativos o la visión de país propuesta. Dice que cuando esté establecida y llegue esa forma de equilibrio y momento de articulación entre cómo gobernar y cómo hacer Estado todavía tiene que correr agua bajo el puente”.
Enfatiza que más importante todavía es la articulación de políticas públicas y de conversación con las estructuras económicas y las relaciones de producción porque, pese a que Evo Morales es expresidente y el líder anterior, mientras no se planteen condiciones de estabilidad, la incertidumbre domina en las encuestas y grupos focales de la opinión pública.
Hizo hincapié en una “fuerte” interpelación moral al sistema político durante los 21 días de movilizaciones, apelando a un liderazgo determinado utilizando simbolismos cristianos como la Biblia y dejando una vara alta. “La lupa puesta para el comportamiento ético es muy grande y cualquier error cometido, tendrá un castigo moral muy grande. Pero ese apelativo a un liderazgo moral era necesario”, comenta Gálvez.
Plantea la posibilidad del inicio de un nuevo ciclo, pero hay tareas pendientes porque las cosas no están resueltas, con Evo que tiene aún reconocimiento por su gestión, sin embargo “castigo por su forma de gobernar”. Revisó resultados de un estudio de las preferencias electorales y opiniones de los votantes y suelta un indicador: 56% de aprobación, al 18 de octubre del año pasado; mientras que la semana pasada es del 44% en la pregunta de aprobación y rememoranza de su gestión.
Y ¿cuáles fueron los logros del anterior Gobierno? Lo tangible son los bonos, estabilidad económica , nacionalización, infraestructura pública construida, canchas de pasto sintético, coliseos, caminos u hospitales son citados en el imaginario de la gente. “Entonces ¿por qué se movilizó la gente? Porque creía que hubo abuso de poder, fraude electoral y creía que se podían eternizar en el poder; no estaban respetando el voto ciudadano y había una ofensa directa para con el pensar de la gente”. Es lo intangible no asociado a la infraestructura.
