Por: Róger Cuéllar Castro
En la década del 60, con la consolidación de las regalías petroleras, Santa Cruz despegó en su lucha para ser tomado en cuenta e integrado al país como un gran polo de desarrollo productivo alternativo a la minería. En este recorrido político su liderazgo se consolidó y se potenció con una perspectiva regional en procura de lograr descentralización y autonomías.
Hoy, a la hora de las decisiones electorales, Santa Cruz pesa cada vez más, de ahí que los postulantes a las principales magistraturas conviertan a esta región en epicentro proselitista para lograr los votos necesarios que les permitan encumbrarse en los poderes públicos del país. En las últimas décadas, desde Santa Cruz se han impulsado demandas de profundización de la democracia, elección de alcaldes, gobernadores y, la más reciente, la movilización de los 21 días que derivó en la salida del poder de Evo Morales.
El último cabildo al pie del monumento al Cristo, en el que participaron 1,5 millones de personas, fue la mecha que despertó e irradió la valentía para denunciar anticipadamente el fraude y sugerir en voto útil en contra del Movimiento Al Socialismo (MAS), cosa que claramente favoreció a Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana. Hay que recordar que este acontecimiento liderado por el Comité Pro Santa Cruz, presidido por Luis Fernando Camacho, no tuvo la venia de los tradicionales grupos (empresarios e instituciones gremiales del sector privado). Es más, algunos líderes regionales ni hicieron acto de presencia.
Un año después del cabildo y a siete días de las elecciones generales, Santa Cruz vuelve a estar en la mira de todos porque nuevamente será determinante en la elección presidencial. Eso sí, la consigna ha cambiado, del voto útil a votar con plena libertad.
A la luz de las encuestas, que establecen una pugna abierta entre Luis Arce (MAS), Carlos Mesa (CC) y, un poco más abajo, Luis Fernando Camacho (CREEMOS), algunos sectores –especialmente los seguidores y acompañantes de la renunciante Jeanine Áñez- exigen que Camacho baje su candidatura para dar paso al voto útil. Sin embargo, los camachistas consideran que una vez derrotado Morales, los cruceños enterraron el voto útil y recuperaron la libertad de elegir candidatos.
PEDRAZA-CAMACHO
Concentrada en tres fuerzas (MAS, CC y CREEMOS) la polarización de la intención del voto, algunos analistas plantean que Gustavo Pedraza, candidato a vicepresidente por CC, es el cruceño con más posibilidades de llegar al poder y, por ende, a él debiera apoyarse desde Santa Cruz.
Desde el pragmatismo puede ser correcta esa apreciación, pero para los que asesoran y apoyan a Camacho es una premisa falsa, ya que para ellos Pedraza es simplemente acompañante, porque será Carlos Mesa el que dirigirá el país de ganar las elecciones.
No se desconoce, más bien se destaca, la formación profesional y la sensibilidad social de Pedraza: es un negador de privilegios para los grupos de poder en Santa Cruz, no lo podés acusar de que se haya robado un peso y es una persona honesta. Lo que sí se le observa es que nunca fue un líder per se, sino un hombre que hace estructura, y que no fue un dirigente que brilló por sí mismo, aunque sí es trabajador, consecuente y apuesta a largo plazo, lo cual refleja hasta dónde ha llegado.
MESA, MÁS DE LO MISMO
Conociendo a Mesa, los que desechan el voto útil creen que Pedraza no tiene el suficiente carácter para imponer y desarrollar proyectos hacia el oriente, más bien que generará un gobierno con más de lo mismo, sin cambios sustanciales en lo político, económico y social. “Yo impulse el voto útil para mesa en octubre de 2019 porque Evo Morales iba a ganar, pero ahora no lo veo así, por eso recupero mi independencia para votar”, remarca uno de los que participó en el último cabildo y se declara confiado en que el MAS no ganará.

En esa lógica, la presidente Jeanine Áñez pidió recientemente bajar las candidaturas que dispersan la votación y apoyar al candidato que pueda derrotar al MAS y a Evo Morales en las próximas elecciones. Dijo que el peligro es la dispersión de voto y exhortó a recordar que no estamos en momentos de mezquindades, sino de pensar en el bien mayor, es decir, en evitar la dispersión del voto. Advirtió que mientras existan más candidatos de oposición al populismo autoritario, mayor es el beneficio para el MAS y por ello pidió “bajar las candidaturas para que ese voto no se disperse”.
Carlos Mesa afirma que su candidato vicepresidencial, Gustavo Pedraza, es la prueba de su relación con el departamento de Santa Cruz. “Hay dos ejemplos que son muy categóricos de mi buena relación con Santa Cruz. El primero es Gustavo Pedraza. Yo no hubiese elegido como mejor candidato vicepresidencial a un cruceño, montereño, pero fundamentalmente a una persona profesional del mayor nivel, con quien tengo una amistad de años y que representa la fuerza de Santa Cruz”.
Recordó y destacó el apoyo que recibió del pueblo cruceño en las elecciones presidenciales 2019, pues obtuvieron el primer lugar en Santa Cruz, por encima del MAS y la alianza Bolivia Dice No.
Cuando le plantean el voto útil, el líder de Comunidad Ciudadana prefiere decir que la gente decidirá, pero su jefe de campaña, Ricardo Paz, afirma que está claro que “hay dos fuerzas y hay un tercer actor que está generando el riesgo de que el MAS gane en primera vuelta con su empecinamiento de dividir las fuerzas democráticas”. Es cree que Camacho está repitiendo la estrategia de “guerra sucia” que a su criterio llevó a cabo en 2019 el entonces presidenciable Óscar Ortiz contra Carlos Mesa de CC.
Gustavo Pedraza, acompañante de fórmula de Mesa, destaca que se sabe lo difícil que ha sido para Santa Cruz desarrollarse con un Gobierno en contra (por el MAS), por eso plantea que en los próximos 5 años desde su Gobierno apoyará no solo a este departamento, si no a todos. “Para nosotros los próximos 5 años son cruciales, vamos a pensar a Bolivia desde Santa Cruz porque es el centro económico y el político”
APUNTES DEL MODELO MESISTA
-Mesa anticipó que de ser presidente mantendrá las empresas estratégicas del Estado, sin nacionalizar ni privatizar durante su gestión. “No vamos a privatizar ni vamos a nacionalizar. Vamos a mantener las empresas estratégicas del Estado que son los grandes: YPFB, ENDE, ENTEL, BoA, las fundiciones, etcétera”.
-“Nada de seguir nacionalizando por nacionalizar, nada de inventarse una inversión pública para generar demanda interna basada en el déficit fiscal”.
-Postula buscar un equilibrio entre la inversión pública y la privada. Aseveró que en ningún país del mundo la inversión pública es 90% y 10% la privada.
-Políticamente apostará por la reconciliación nacional, convocando a un encuentro nacional de todos los sectores. No se cierra a debatir un sistema federalista, pero deja claro que prefiere seguir con las autonomías consagradas en la Constitución y no aplicadas por el MAS.
-Apunta a los cambios que devuelvan la institucionalidad democrática en el país, priorizando la meritocracia para la elección de autoridades sea en tribunales electorales, de justicia, Fiscalía, Contraloría, Procuraduría y la Defensoría del Pueblo.

CAMACHO, EL CAMBIO
Luis Fernando Camacho Vaca (Santa Cruz de la Sierra, 15 de febrero de 1979), empresario, abogado y descendiente de emigrantes de La Paz, hijo del empresario y exlíder cívico José Luis Camacho Parada, asume la presidencia del Comité Pro Santa Cruz -en febrero de 2019- y pone en marcha la lucha contra la reelección presidencial de Evo Morales. Nadie imaginó que en poco más de un año se convertiría en el nuevo líder cruceño dispuesto a pugnar por el poder nacional, pero ya no desde la consigna regional, sino pregonando que es posible la integración política entre oriente y occidente.
No hay duda que es un antisistémico a los grupos que copan los poderes y los liderazgos del departamento.
El candidato presidencial por la alianza Creemos, Luis Fernando Camacho, dice que un empresario y no un político, quiere llegar al Gobierno para culminar la “lucha de los 21 días” y promete que gobernará solo por cinco años, –en caso de que gane– porque no cree en la reelección.
“Soy empresario no político, no me interesa si es de derecha o es de izquierda, las tendencias tanto de derecha como de izquierda se han aplazado, han entrado en un escenario donde ya nadie les cree (…). Trabajemos tanto para la gente de derecha como para la gente de izquierda, lo que necesitamos es tener una nueva Bolivia, producir al sector privado, incentivar al inversionista”, señala en uno de sus videos de campaña que circula en las redes sociales.
Para Jerjes Justiniano Talavera, excandidato a presidente, en Santa Cruz ha surgido un caudillo, no letrado, pero con coraje, con ayuda o no del imperio norteamericano, pero con un carisma típicamente camba y con una sonrisa que irradia simpatía y con un apoyo emotivo de la mayoría del pueblo cruceño, especialmente de jóvenes, que se identifican con él y con los 21 días de lucha que origina muchos fenómenos sociales y políticos.
De esa forma, en referencia a Luis Fernando Camacho, un joven y aguerrido empresario, hijo de un viejo militante de la Falange Socialista Boliviana y miembro de la burguesía agropecuaria cruceña, insurge en el escenario político para desplazar a la vieja oligarquía agro-industrial cruceña. “Camacho es el peor peligro para la burguesía “federalista” paceña que hace lo indecible por volver simpático a su candidato Carlos Mesa. La emergente burguesía cruceña que se cansó de ser “segundona”, de ser únicamente el tractor o la locomotora del desarrollo económico, quiere ser la conductora del tren nacional”.

APUNTES DEL MODELO CAMACHISTA
-El exlíder cívico y candidato a la Presidencia, Luis Fernando Camacho, incluirá en su plan de gobierno la transformación de Bolivia en un Estado Federal, aclarando que la división no puede ser tomada como parte de una propuesta federal. En cinco años convocará a una Constituyente para impulsar una descentralización real.
-Quiere modificar con referendo la Constitución, en temas como establecer que todos los diputados sean uninominales y la no reelección.
-En el tema de salud, propone descentralizar hacia los municipios y gobernaciones, mientras que el Gobierno central se debe quedar con temas nacionales como vacunas. Además, sostuvo que incorporar a los médicos a la Ley General del Trabajo es una necesidad. Invertir $us 2.000 millones en su programa por la salud y la vida.
-Llevar el modelo productivo cruceño a las regiones más “deprimidas” del país, como una solución al tema de la migración interna. “En nuestro proyecto hablamos de llevar el sistema productivo cruceño a las distintas regiones, a Potosí, a Oruro, a Chuquisaca, que son las más deprimidas, hay también a los Yungas, a Tarija”.
-Promete reordenar el gasto público, vender el avión presidencial, renegociar la deuda externa para no pagarla por dos años, paralizar los proyectos estatales que no generan ganancia.
-El sector privado será el protagonista del crecimiento y desarrollo, aunque el Estado debe asumir el papel de incentivar al empresario. “Es preferible invertir en un pequeño empresario en su taller que en un burócrata”.
-Entregará tarjetas por valor de Bs 500 para personas en pobreza con el fin de comprar alimentos y, también, reducir impuestos para empresas que inviertan y establecer la “universalidad” de las facturas para el descargo de crédito fiscal.
Está muy seguro de ganar las elecciones generales este próximo 18 de octubre por lo que no cuenta con un “plan B”. Dice que su único plan es el de ganar. Y una vez que llegue al poder, la primera tarea que hará será enviar una carta a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para solicitar que le impidan ser reelegido.
Ante los reiterados pedidos de que baje su candidatura, Camacho responde: Que dejen de soñar la vieja política y los vendidos. No nos vamos a bajar. Vamos a ganar en la cancha, ahí vamos a ganarles y vamos a ganar el 18”.
Fotos y videos: La Época, Gustavo Pedraza y Luis Fernando Camacho