Carlos Mesa, que ha ratificado que volverá a postularse a la presidencia, lanza los primeros lineamientos políticos que deberían debatirse y agendarlos como desafíos en la era postEvo Morales.
En su cuenta de Twitter expone un análisis denominado “El primer desafío” en el que remarca lo que considera que se debe hacer en el país desde el nuevo Gobierno.
Una mirada de Mesa postEvo
-Nos toca ahora proponer lo que en primera instancia fue la afirmación de nuestra vocación democrática frente a la decisión dictatorial de Morales y su Gobierno. Es el tiempo de la construcción de un camino de futuro despojado de ese lastre.
–Levantar una democracia republicana y de instituciones, la imperativa separación de poderes, y la convicción de que sobre esa realidad es que se debe administrar un país desde un Poder Ejecutivo equilibrado y respetuoso de los otros brazos del Estado
-Pero nada de esto será posible si no entendemos la insurgencia con protagonistas de jóvenes y mujeres de nuestros principales núcleos urbanos
– El desafío más complejo, el primero, es el cierre de la brecha étnica, la articulación entre mundo rural y mundo urbano, la necesaria comprensión de que esa acción colectiva contra el autoritarismo no es, no puede ser, una negación de la realidad que es el concepto de la plurinacionalidad, del rol central e inexcusable de los indígenas en la construcción del presente.
-La construcción de una propuesta política y democrática debería despojarse de los porcentajes en el color de piel y reafirmarse en la constitución de un todo que incorpore lo indígena como parte intrínseca del proyecto nacional, lejos del puro simbolismo artificioso del poncho y la pollera.
-En cuanto a la relación urbano-rural, es imprescindible entender que la brecha es fundamentalmente una brecha de pobreza, de recursos, de acceso a las condiciones básicas de bienestar. Lo es también entender que los patrones de producción y de consumo son distintos en el occidente y en el oriente del país, y, en consecuencia, es fundamental reorientar la idea de la lucha contra la pobreza.
– Tener un país de todos y con todos es la meta, una meta que demandará romper la fuerte polarización en la que estamos sumidos. Los extremos se tocan, hacen chispa y queman como el fuego que arrasó parte de la Chiquitania. Es eso lo que debemos resolver.