
Por: Felipe Caballero Ordóñez
Patria es una palabra, acepción o expresión que representa la tierra y el territorio al que nos sentimos ligadas las personas, ya sea por motivos históricos, jurídicos, culturales o afectivos.
También representa el lugar donde se nació ya que sugiere el territorio de nacimiento. Del mismo modo se reconoce como válida la expresión Patria al país, la sociedad y el territorio que cualquier persona no oriunda del lugar adoptó por libre elección personal.
De ahí que el vínculo con la expresión Patria es de naturaleza multidimensional, combinada y dinámica. En esencia es la referencia a una pertenencia e identidad nacional, territorial y socio cultural. Por lo mismo, todos los atributos que nutren a la expresión Patria, son razones causales o motivacionales de naturalezas psicológicas o afectivas, culturales o vivenciales, territoriales o espaciales, ideológicas o valorativas y sociales o de relaciones humanas vinculadas a los orígenes étnicos o nacionales.
También refiere a vínculos de sangre, puesto que la expresión Patria refiere el lugar al que pertenece o se autodefine la familia a la que pertenece cada individuo. De ahí que en la definición de Patria interviene la historia, la cultura, la tradición, la genética familiar y personal de los individuos y los sentimientos que tengan con relación al lugar al que pertenecen o al que se sienten vinculados afectivamente.
Por eso es que en los extremos de exacerbación afectiva se llega a la expresión: Amor a la Patria. Es una expresión que representa mucho aunque no refiere nada concreto, la que en la actualidad es muy instrumentalizada para alcanzar fines demagógicos en diversas corrientes ideológicas y políticas, sobre todo en las que apelan a razonamiento argumentativos y explicativos muy primarios.
La acepción Patria, también se refiere al espacio geográfico al que las personas se sienten ligadas, así sea que estén representadas en las expresiones de Mi Pueblo, Mi Tierra, Mi Región, Mi País o Mi Nación.
La Patria normalmente es invocada por las personas y corrientes que aplican el racionalismo mecanicista y lineal, y que buscan la obediencia ciega y dogmática de sus seguidores. Estas corrientes, por la simplicidad explicativa de sus razones lineales, se omiten y explicar en su pensar, decir y hacer grupal o social.
El uso del término hace parte de las prácticas y son muy típicas de las estructuras militares, policiales y de organizaciones de la sociedad que funcionan en torno a estructuras centralistas y con el poder delegado a los jefes o caudillos.
Eventualmente utilizan la expresión para elevar de manera irracional las sensaciones y los sentimientos destinados a lograr la disciplina interna, sobre todo cuando estas instituciones u organizaciones están subordinadas a directrices aún más superiores y que marcan sus fines políticos e ideológicos inmediatos.
En estos escenarios es donde apelan a un sentimiento supuestamente nacionalista, al extremo que entre otros aspectos se exalta y hasta sublimiza el sentido de pertenencia a la colectividad que enarbola la expresión. Y esto sucede y se eleva sobre todo en periodos y situaciones de amenazas reales o aparentes a la seguridad de la nación o del grupo socio cultural de pertenencia, o en condiciones de enfrentamientos con otras naciones, pueblos o etnias diferentes y siempre vecinas.
De este modo es que se entiende que la noción de Patria es también una construcción hecha desde el Poder y para el Poder, que busca el disciplinamiento extremo de los subordinados, dóciles y domeñados, y por extensión, de los libre pensadores a los que se los denomina como indisciplinados e irreverentes.
Para estos propósitos es que los manipuladores de sus significados apelan a los sentimientos más primarios surgidos desde el legítimo y natural reclamo de la nación propia y la cultura de pertenencia con identidad. Y todo ello les exige definir, aplicar y lograr resultados de un conjunto de códigos culturales con los cuales las personas sometidas se deben identificar. Lo ejecutan quienes ejercen el poder.
Son diversos símbolos como las banderas, himnos o gritos de guerra, así como de la gloria real o supuesta relacionada con algunos acontecimientos y personas considerados como determinantes para la formación y la pervivencia de la Patria.
Por esas razones, entre muchas otras, cada vez existen más personas que en pleno ejercicio de su moderna y legítima Rebeldía Democrática Ciudadana consideran que la noción Patria muchas veces perjudica a la convivencia pacífica entre etnias, pueblos y naciones, además que limita el ejercicio del libre albedrío.
Con muchos otros elementos de juicio la alusión da la Patria es apuntada como una de las principales expresiones sometidas a manipulaciones ideológicas y sentimentales que se instrumentalizan y llegan a mostrarse como causas de los conflictos y de las guerras ente las naciones del mundo.
Y todo ello sucede pese a que la noción de Patria surgió de los acuerdos alcanzados durante las negociaciones de paz realizadas y culminadas en la localidad alemana de Westfalia, en 1646, donde se definieron los alcances de lo que actualmente se conoce como el Estado y la Nación. Ambos términos permitieron redefinir en esa época, las geografías nacionales con la que terminó la Guerra de los 100 años en la Europa central de ese tiempo. Esa es otra historia.