Cochabamba celebra un nuevo aniversario y, con él, la oportunidad de mirar a la ciudad a través de los ojos de sus propios creadores. Entre ellos, destaca el trabajo de Andrés Herbas, fotógrafo y creador de contenido boliviano que ha convertido la imagen en un lenguaje para rendir homenaje a su tierra.
Con más de trece años de trayectoria, Herbas ha desarrollado proyectos con empresas nacionales e internacionales, consolidando una propuesta visual que une autenticidad, innovación y un fuerte sentido cultural. Su obra ha trascendido fronteras, apareciendo en medios internacionales como Vogue Tech México, y hoy se convierte en un puente para mostrar cómo la fotografía hecha con dispositivos móviles puede capturar tanto la intimidad como la vitalidad de una ciudad.
En este homenaje visual, la tecnología también juega un papel importante. El HONOR 400 incorpora una cámara principal de 200 megapíxeles, acompañada de sistemas de estabilización dual y algoritmos de inteligencia artificial que permiten alcanzar niveles de detalle y nitidez propios de la fotografía profesional. Estas características facilitan el trabajo creativo al ofrecer mayor control sobre la imagen y posibilidades de edición más rápidas, ampliando así el horizonte para quienes apuestan por contar historias desde un dispositivo móvil.
“Como fotógrafo que crea contenido con móvil, los principales problemas surgen por limitaciones en hardware, control o post-procesamiento. HONOR los enfrenta con una combinación de hardware de sensor avanzado, estabilización dual, y potentes algoritmos de IA. Así no solo capturas mejor, sino que editas más rápido y con más estilo”, explica Herbas, destacando las posibilidades que la tecnología actual abre para quienes trabajan desde la inmediatez de un teléfono.

En esta ocasión, Herbas dedica su mirada a Cochabamba, buscando que cada imagen no solo muestre sus calles y rostros, sino que narre historias de identidad, orgullo y pertenencia. Su trabajo con fotografía y video busca proyectar el talento boliviano hacia el mundo, inspirando a nuevas generaciones de creadores que entienden la tecnología como herramienta y no como fin.
A través de su lente, el aniversario de Cochabamba se convierte en un recordatorio de que la ciudad no solo se celebra en actos oficiales, sino también en la memoria visual que queda guardada en quienes la viven y la narran.
